Hay veces que para definir ciertas cosas, te quedas sin palabras. Eso nos ha vuelto a pasar un año más, después de un campamento para el que el cualquier definición se nos queda corta.
Ha sido el 25 campamento de Tebarray y veinticinco años después seguimos sin poder definir con una sola palabra nuestro campamento y, generalmente, cuando lo conseguimos definir con una sola palabra siempre nos sale la misma: IMPRESIONANTE.
Yo este año no voy a caer en la rutina y no lo voy a definir así, porque un campamento como el que hemos vivido se merece palabras que todavía no están en el diccionario.
Volvimos a pisar la campa un año más y con las primeras palabras a golpe de megáfono, comenzó la fiesta. Nos dividimos: pequeños, medianos, mayores y supermayores, que más tarde serían calificados como maduros, por su comportamiento en los momentos claves.
Primeras confusiones: ¡He perdido mi mochila! y primeras palabras que me salen del alma: ¡Como vas a perder tu mochila, si la has metido a la salida y no se ha movido del bus en todo el camino!...y con estas primeras palabras ya en el suelo de la campa, todos percibimos la señal inequívoca del que el campamento ha empezado.
15 días sobre nuestra campa preferida, días en los que un año más vivimos situaciones que siempre quedaran para los libros de ruta de Tebarray. Días generales, rutas interminables, en las que los pies pierden su nombre para ser rebautizadas por muñones...
Y dentro de todas estas cosas: varios elementos fundamentales:
MONITORES: Los verdaderos héroes del campamento. Sin ellos nada tiene sentido. Los únicos que ya pueden poner en el currículum: 4 años de experiencia en aguantar a Nacho Arias.
En estos momentos por mí cabeza pasaban las intenciones de escribiros a todos. Pero no va a ser posible, porque entonces el post ocuparía los equivalente a dos libros de Risto. Sois los mejores y lo sabéis. Jenny, tu ya eres monitora más por ello te tienes que dar por aludida en este cachito.
ACAMPADOS: Este año solo 95, pero son 95 almas que nos hacen sentir grandes durante 15 días, cuando ves que les gusta lo que has programado, que corren jugando al roba piedras o que te siguen teniendo cariño después de fregar entres 200 y 300 bandejas. Sois la columna vertebral de este campamento, no solo por los 300€, si no por todo lo que nos ofrecéis durante una quincena al año. Una quincena que tardamos meses en olvidar y que seguimos recordando cuando nos juntamos por navidad. A todos los acampados que podáis leer este mensaje: No cambies nunca (bueno sí: cambiad esos pequeños borrones que hacen que nuestras voces se tengan que subir más de 1000 decibelios) y como he puesto en varios diplomas:
Lo que tenéis de especial es lo que os hace diferentes, lo que hace que tengamos 95 acampados de verdad. Gracias a todos.
COCINA: El pulmón del campamento. Las únicas personas del mundo que durante 15 días al años tienen 110 hijos a los que dar de comer. Gracias por seguir con nosotros un año más y no huir cada vez que os enteráis de que un año más yo voy a estar con el micro en cocina durante más o menos 10 horas al día. Isidro, Eduardo, Ricardo (ese gran director!), Miguel, Jose Miguel, Inma etc...GRACIAS.
Y como olvidarnos de Edu. Esa persona de la que cada año se puede aprender algo diferente, gracias a toda la mili que tiene en sus piernas. Sin él, la campa no sería lo que es, por que gracias a su trabajo, todos los años podemos tener 200 bolis o 300 tijeras disponibles para nosotros y lo más importante: es el artífice de que todas las mañanas el campamento tenga al menos 2 monitores que despertar chavales, si no fuera por él, yo por lo menos aun estaría dormido desde el primer día. Muchas gracias Edu, sigue enseñándonos y llevándonos por el camino correcto.
Os espero en Tebarray 2009...si Dios quiere.
Con gran cariño de: Nacho Arias,
secretario de la (mejor) asociacion Juvenil Tebarray
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